sábado, 9 de noviembre de 2013

Al filo de la ley...

Vale, quizá el título genere más expectativa de lo que realmente aporta esta entrada....pero, oye, tampoco es incorrecto.

Seguro que si algún fumador me lee, opinará lo contrario, pero allá voy.
Cena en un restaurante enano. Es, realmente , una barra que tiene salida a una terraza. Bien. La "terraza" está completamente cerrada. Serán paneles móviles....estructuras que en verano se retiran.... o lo que sea.... pero anoche, noviembre, fresquito....era un invernadero. Un cubículo cerrado, sin salida directa a la calle, acondicionado con estufas donde podíamos estar en camiseta. Sí. Así estaba de aireado. Una ventilación estupenda.......vaya.

Y cuán es mi sorpresa cuando veo que, con total impunidad, los comensales de la mesa central encienden sendos cigarros. Y pregunto, sinceramente sorprendida. "pero..¿¿ se puede fumar??" a lo que  me responden señalándome el cenicero. Me giro al camarero....y me dice..."ES UNA TERRAZA".




Pero es una TRAMPA. COMO UN CAMPANO.
Y volví a casa con la ropa y el pelo oliendo a humo....como cuando era teenager y fumábamos en todas partes.

sábado, 2 de noviembre de 2013

Las batallas más duras


Tú eres tu más temible enemigo.
Luchar contra ti mismo siempre es una dura batalla. Conoces tus puntos débiles y sabes dónde atacarte para que ganes tú o tu "yo"
Los ejemplos más claros, y que todos hemos vivido (uno, otro, todos, mucho más....) son: el tabaco, los kilos y el deporte... Hay muchos más enemigos vestidos de pereza, pero estos frentes son los más conocidos y frecuentes y, sobre todo, duros de vencer. 



Cada vez que gana "tu otro yo" (el que quieres vencer), te invade una sensación de baja autoestima demoledora.
Encender ese pitillo posterior al que te habías asegurado sería el último, es un derechazo en toda la mandíbula. Y esas patatas fritas de aperitivo, que no has podido evitar probar...abren la veda al resto de alimentos "autoprohibidos". Y entonces tomas conciencia de que te acabas de rendir en la batalla contra los kilos. Gancho en la boca del estómago....- qué bien traído!!-
Has decidido ponerte en forma y pagas un año entero de gimnasio. Crees que así has avanzado terreno en la lucha contra tu yo perezoso...pero la segunda semana te das cuenta de que has perdido.....batalla y dinero.

Pero sí, también hay VICTORIAS. Y son las más dulces. La sensación de decir "no, gracias, lo he dejado", o apretarte un agujero más un cinturón, son inyecciones de autoestima que no se pueden conseguir más que contigo mismo (o "contra ti mismo"). 

NO siempre se gana, pero conociendo la derrota, sabe mejor  la victoria