sábado, 2 de noviembre de 2013

Las batallas más duras


Tú eres tu más temible enemigo.
Luchar contra ti mismo siempre es una dura batalla. Conoces tus puntos débiles y sabes dónde atacarte para que ganes tú o tu "yo"
Los ejemplos más claros, y que todos hemos vivido (uno, otro, todos, mucho más....) son: el tabaco, los kilos y el deporte... Hay muchos más enemigos vestidos de pereza, pero estos frentes son los más conocidos y frecuentes y, sobre todo, duros de vencer. 



Cada vez que gana "tu otro yo" (el que quieres vencer), te invade una sensación de baja autoestima demoledora.
Encender ese pitillo posterior al que te habías asegurado sería el último, es un derechazo en toda la mandíbula. Y esas patatas fritas de aperitivo, que no has podido evitar probar...abren la veda al resto de alimentos "autoprohibidos". Y entonces tomas conciencia de que te acabas de rendir en la batalla contra los kilos. Gancho en la boca del estómago....- qué bien traído!!-
Has decidido ponerte en forma y pagas un año entero de gimnasio. Crees que así has avanzado terreno en la lucha contra tu yo perezoso...pero la segunda semana te das cuenta de que has perdido.....batalla y dinero.

Pero sí, también hay VICTORIAS. Y son las más dulces. La sensación de decir "no, gracias, lo he dejado", o apretarte un agujero más un cinturón, son inyecciones de autoestima que no se pueden conseguir más que contigo mismo (o "contra ti mismo"). 

NO siempre se gana, pero conociendo la derrota, sabe mejor  la victoria

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